lunes, 17 de septiembre de 2012

"Pitas, pitas..." La milana bonita y la esperanza sin Esperanza.






Publicado en diario JAÉN el domingo 28 de marzo de 2010.


Hace pocos días el maestro Miguel Delibes nos ha dejado, que no muerto, sin que sus manos nunca se hayan quedado quietas ante el blanco absorto de una cuartilla muerta. Nadie como él nos ha sumergido en la España de la humillación, tan magistralmente descrita en su novela “Los Santos Inocentes” (1981). Milana bonita, milana bonita, dicho por el viejo Azarías, siempre me ha parecido una consigna. Una palabra mágica como el ábrete sésamo que mueve  la piedra tras la cual Alí Babá y sus cuarenta ladrones esconden su botín. Delibes hizo de la milana bonita la brújula del compromiso con los humillados. No sólo en Extremadura, paisaje donde se desarrolla su emocionante narración, sino en todos los paisajes en los que perviva un señorito Iván y una Señora Marquesa.

Cuando Francisco Rabal recibió en el Festival de Cannes (1984) el premio a la Mejor Interpretación ---que compartió con Alfredo Landa-- por su papel de Azarías en la película de Mario Camus basada en la obra de Delibes, a pesar de la prohibición de que los galardonados hablaran, en un acceso de espontaneidad, se acercó al micrófono, y sin dudarlo, susurró: "¡Milana bonita!", arrancando una gran ovación en el público, que siempre he interpretado como una muestra de solidaridad con los humillados, ratificándome en el presentimiento que siempre tuve de su  valor como consigna.
  
A los andaluces, más que nos pese, se nos ha estereotipado hasta la saciedad por los cuatro costados que delimitan el prisma cultural que somos, hasta tal punto que ya resulta tópico hablar de los tópicos que atenazan la cultura andaluza: Cante, toros, vino, holgazanería, subsidio y… el duende que subyace en el suspiro integrador de todos ellos.

Ante el pitas, pitas de doña Esperanza Fuencisla Aguirre y Gil de Biedma, marquesa de Murillo, y nieta del conde de Sepúlveda, y de los esfuerzos de don Francisco Javier Arenas Bocanegra por “defender” la dignidad de los andaluces ante la mala baba de su jefa política, sólo se me ocurre invocar el milana bonita, milana bonita de Azarías.

(Twitter: @suarezgallego)

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