viernes, 13 de noviembre de 2015

El proyecto Fuero 250

Cartel de Fuero 250
Cartel de Fuero 250
Mira, paisano, hay quien dice, con algo de resentimiento, que España es un país especialista en conmemorar centenarios a costa de alimentarlos con gambas en gabardina. Es decir, con poco marisco y mucha masa de relleno. Es el “ni chicha ni limoná” de nuestra cultura gastronómica, que se expande a la forma de enfocar los proyectos importantes en este país.
Pero si deseas llenarte la cabeza de pájaros, no olvides antes construirles los nidos. Ya lo dice mi contertulio el Caliche: Si quieres volar con las águilas, no te juntes con los pavos, que hacen mucho ruido y no vuelan, y además sus excrementos apestan.
Pero aconteceres tiene la vida y me veo inmerso, con el cargo y la carga, en la Comisión Nacional para la Conmemoración del 250 Aniversario de la Promulgación del Fuero de 1767, y la consiguiente fundación de las Nuevas Poblaciones de Sierra Morena y Andalucía por el rey Carlos III. La tierra de Olavidia en la que el intendente Pablo de Olavide plantó sus sueños ilustrados para crear una sociedad más justa y mejor para unos colonos centroeuropeos que acabaron dándole vida a esta tierra, y dejando sus vidas en ella.
 El reto que esta Comisión Nacional tiene delante es grande y no fácil: Coordinar las actividades comunes de catorce municipios repartidos en cuatro provincias andaluzas y una manchega, con sensibilidades políticas distintas, y sin que los personalismos fuera de calibre la eclipsen “no es moco de pavo”. Me refiero al moco de los pavos a los que antes aludía, esos que hay que evitar si queremos que el proyecto sea de altos vuelos.
Las gentes de las Nuevas Poblaciones (Aldeaquemada, Arquillos, Carboneros, La Carolina, Guarromán, Montizón y Santa Elena, en Jaén; La Carlota, Fuente Palmera, con entidades locales autónomas de Fuente Carreteros y Ochavillo del Río, y San Sebastián de los Ballesteros, en Córdoba; La Luisiana y Cañada Rosal, en Sevilla; Prado del Rey, en Cádiz; y Almuradiel en Ciudad Real), esperan de esta Comisión Nacional su plena dedicación y esfuerzo para que el lema de ellas sea una realidad: “Nacimos con el Fuero para la concordia de los pueblos”. Y los pavos para Nochebuena.
Publicado en Diario JAÉN el martes 10 de octubre de 2015
artículo Fuero 250 en Diario Jaen

sábado, 17 de octubre de 2015

El "mismísmo" victimísta de octubre.

el mismísmo victimísta de octubre
Comienza un nuevo curso, que también es un nuevo año agrícola, no lo olvidemos. Ya ha llovido y el ambiente huele a la misma tierra mojada de todos los otoños. Octubre nos trae sensaciones nuevas impregnadas de los mismos olores. Las carteras escolares huelen a la misma tinta del libro nuevo con las mismas palabras de siempre. Las aulas huelen a las virutas del sacapuntas del mismo lápiz escolar.
Octubre sigue oliendo a lo mismo que huelen los mismos saqueadores perfumados de Loewe durante todo el año. La imagen iconográfica de la Justicia, que ya se tapó los ojos, acabará pidiendo una pinza de colgar los mismos trapos sucios para taparse la nariz.
Octubre siempre es el mismo mes de octubre, aunque le broten noviembres nuevos y lo hayan regado con los mejores septiembres. Octubre es una versión de lo mismo, respetando lo mismo, transgrediendo lo mismo, innovando lo mismo, prometiendo lo mismo, engañando a los mismos, y quemándole el mismo incienso a los santones de siempre.
“Monotonía de lluvia tras los cristales” que escribiría don Antonio Machado en su aula de Baeza. Es la misma cantinela: “Mil veces ciento, cien mil; / mil veces mil, un millón”. Millones de parados, millones defraudados, millones presupuestados, millones de olivos, euromillones, millones de estrellas, millones que se pierden, millones de votos, millones de glóbulos rojos que se desangran por las Escaleras de Odessa huyendo de los mismos cosacos. Los mismos tontos útiles sosteniendo las mismas utopías de siempre. Los mismos listos inútiles diluyendo los mismos sueños de siempre.  ¡Las mismas mil veces mil, son el mismo millón, don Antonio!
¡Ay! Si mañana amaneciéramos en otro octubre convertidos en pez, en sonrisa o en patada en la entrepierna propinada a los mismos de siempre. Les haríamos sentir el dolor nuevo del mismo victimismo de siempre, ese que espera con la misma esperanza que las mismas promesas no nos traigan los mismos desencantos, ni los mismos piratas, ni los mismos contrabandistas de los octubres de siempre.
Publicado en Diario JAÉN el martes 13 de octubre de 2015
mismismo victimista Diatio Jaen

jueves, 2 de julio de 2015

El agujero del capuchón



Hace tiempo percibí que los capuchones de los bolígrafos BIC de toda la vida, llevaban en su parte superior un agujero. Un día, navegando por google, descubrí el motivo: Dado que hay gente aficionada a chupar el capuchón, y pudiendo alguien tragárselo, la casa de los populares bolígrafos pensó que aquel debería tener un orificio que permitiera respirar a quien por accidente lo engullera.
La casa de los bolígrafos podría haber optado por incluir un letrero precautorio que dijera: “¡Peligro de asfixia! ¡No chupar el capuchón!” Pero optó por lo más sensato, no privar a nadie del placer relajante de morder los capuchones en los exámenes, o cuando uno no sabe qué escribir frente al blanco absorto de una cuartilla muerta, que diría el poeta.
La inmediatez con la que hoy se puede dar una opinión a través de las redes sociales, y su capacidad de urgente difusión y transcendencia, nos hace pensar que habría que ir ideando un dispositivo para internet que permitiera que cada cual pudiera chupar y masticar libremente “el capuchón de sus comentarios y opiniones”, pero que llegado el caso de tragárselos no se asfixiara, ni nos atragantara a los demás
Se ha dicho que el ser humano usa la imaginación para consolarse de lo que no es, y utiliza el sentido del humor para consolarse de lo que es. Imaginación y sentido del humor que cuando se unen nos definen sus tres niveles básicos: agudeza mental con chispa, gracieta chistosa, o pitorreo tabernario.
Para que el humor sea inteligente y saludable debe ser, ante todo, respetuoso, y tiene que permitirnos ver la realidad con un cierto grado de ironía crítica. El nivel de dignidad, propia y ajena, debe estar siempre, como decía el maestro Chillida, por encima del miedo, pero también por encima del sentido del humor.
De momento, para cuando se traspase el nivel de dignidad en los calentones de los 140 caracteres de twitter, ya contamos con el agujero del capuchón de ese otro sentido de la inteligencia que siempre ha sido el sentido común, que de tantos ahogos verbales suele librarnos.
@suarezgallego
Publicado en Diario JAÉN el martes 23 de junio de 2015
el_agujero_