Hace unas décadas, cuando aún pervivía en mí la vocación de científico
empedernido, al leer Un Mundo Feliz,
de Huxley, creí --ingenuo de mí— que cuando llegaran los tiempos que hoy
vivimos, la pretendida sociedad del ocio
haría de nosotros unos ciudadanos libres instalados en una holganza infinita y paradójicamente
provechosa y lúdica.
Pero la realidad de esta malograda sociedad del pretendido ocio no es otra
que comprobar fehacientemente cómo las libertades reconocidas en la solemnidad
de los papeles oficiales cada vez son más descafeinadas. Libertades de atrezo,
la mayoría de las veces, envueltas en el tufillo de la farfolla teatrera en la que nos están envolviendo
desde el bipartidismos alternante.
Los políticos del liberalismo feroz y los financieros de la gran crisis
del Euro se han repartido los papeles de esta farsa. Los primeros han
pervertido los esquemas sociales elevando el concepto de basura laboral al nivel de “necesidad perentoria para salir de la
crisis irremediablemente”. Los segundos, mientras tanto, van sentando en sus consejos de administración
a los primeros conforme van siendo exprimidos, agotados y amortizados por la actividad política.
Aquella imagen del Che, con
boina y barba revolucionaria, que en otros tiempos fue paradigma y bandera del pueblo unido jamás será vencido, hoy se vende junto a las camisetas de “la
Roja”, las bufandas del Real Madrid, o
las medallas de María Santísima del Rocío, como parte del atrezo de la
democracia virtual.
Un ejemplo: Mientras a una
diputada, que representa todas las esencias del pijerío político, lo mejor que
se le ocurre decirle a los parados en sede parlamentaria es ¡que se jodan!,
cuando se anuncia que se les van a recortar las prestaciones, la policía ha
comenzado a quitarse los cascos en las manifestaciones.
Visto como está el patio, la
dignidad nacional quien mejor la encarna en estos tiempos es Manolo el del
Bombo, que al paso que vamos también le recortan el rabillo de la boina: ¡Es-pa-ña,
Es-pa-ña, pom, pom pom! ¡Es-pa-ña, Es-pa-ña, pom, pom pom!
(Twitter: @suarezgallego)
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