miércoles, 8 de agosto de 2012

El rabillo de la boina





Hace unas décadas, cuando aún pervivía en mí la vocación de científico empedernido, al leer Un Mundo Feliz, de Huxley, creí  --ingenuo de mí—  que cuando llegaran los tiempos que hoy vivimos, la pretendida sociedad del ocio haría de nosotros unos ciudadanos libres instalados en una  holganza infinita y paradójicamente provechosa y lúdica.

Pero la realidad de esta malograda sociedad del pretendido ocio no es otra que comprobar fehacientemente cómo las libertades reconocidas en la solemnidad de los papeles oficiales cada vez son más descafeinadas. Libertades de atrezo, la mayoría de las veces, envueltas en el tufillo de  la farfolla teatrera en la que nos están envolviendo desde el bipartidismos alternante.

Los políticos del liberalismo feroz y los financieros de la gran crisis del Euro se han repartido los papeles de esta farsa. Los primeros han pervertido los esquemas sociales elevando el concepto de basura laboral al nivel de “necesidad perentoria para salir de la crisis irremediablemente”. Los segundos, mientras tanto,  van sentando en sus consejos de administración a los primeros conforme van siendo exprimidos, agotados y amortizados por  la actividad política.

Aquella imagen del Che, con boina y barba revolucionaria, que en otros tiempos  fue paradigma y bandera del pueblo unido jamás será vencido,  hoy se vende junto a las camisetas de “la Roja”,  las bufandas del Real Madrid, o las medallas de María Santísima del Rocío, como parte del atrezo de la democracia virtual.

Un ejemplo: Mientras a una diputada, que representa todas las esencias del pijerío político, lo mejor que se le ocurre decirle a los parados en sede parlamentaria es ¡que se jodan!, cuando se anuncia que se les van a recortar las prestaciones, la policía ha comenzado a quitarse los cascos en las manifestaciones.

Visto como está el patio, la dignidad nacional quien mejor la encarna en estos tiempos es Manolo el del Bombo, que al paso que vamos también le recortan el rabillo de la boina: ¡Es-pa-ña, Es-pa-ña, pom, pom pom! ¡Es-pa-ña, Es-pa-ña, pom, pom pom!


(Twitter: @suarezgallego)




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