Foto de Victor Gonzálo |
Decía
el bueno de mi abuelo Paco –quien me enseñó, entre otras cosas, a coger los
días por sus aristas cortantes y no sangrar— que cuando alguien llamara a mi
puerta solicitando unas monedas de ayuda, lo socorriera sin titubear, sin
entrar a considerar la certeza o el fingimiento de su necesidad.
Argumentaba
mi abuelo que en el ejercicio de toda caridad siempre había una gran dosis de
egoísmo, además de la consabida pretensión vana de aquellos que dejados llevar
de su cicatería moral pretendían ganarse la vida eterna a golpe de calderilla,
pues el fin último de la caridad, se mire por donde se mire, no es un acto de
solidaridad pura --ni mucho menos de justicia-- sino el deseo de que no se
pierda, perpetuandola, la costumbre de dar cuando se nos pide de sopetón, sobre
todo por si llegada la desgracia nos vemos obligados a pedir nosotros también,
que de sobra es sabido lo veleidosos que son los avatares de la vida en tiempos
de vacas flacas.
Apostillaba
mi abuelo que toda limosna debía ir acompañada sólo de una sonrisa. Para él era
bochornoso el comportamiento de quiénes por el hecho de dar unas monedas se
creían con derecho a dar también un consejo: “Tenga hermano y no se lo gaste usted en vino”, esgrimiendo la
pretensión de constituirse en socios capitalistas de la desgraciada empresa del
pobre –precisamente su pobreza— decidiendo también el destino más apropiado
para tan insignificantes fondos.
La
sociedad del “pan y amor todos los días “ me ha asignado, por lo visto, un
“mendigo oficial” con el que hago caridad callejera sin darle consejos,
acompañando mi exigua limosna de una sonrisa –ciertamente con lo que le doy no
tiene más remedio el buen hombre que conformarse con el tinto de tetrabrik--,
pero tengo la sensación íntima de que con mi silencio cobarde, con mi actitud
cómoda y pasiva, estoy colaborando a que se sigan haciendo pobres durante todo
el año desde la injusticia, para luego poder hacer caridad con ellos en
Navidad, tiempo de vergonzantes chantajes emocionales.
@suarezgallego
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