Mira paisano,
no pretendo escribir hoy aquí de gastronomía, aunque te parezca mentira, y por mucho que la Comunidad Económica Europea
haya legislado sobre la forma “oficial” de preparar la sangría sin darle gato
por liebre a los turistas.
La sangría a la que me refiero es otra, de un vino
más amargo y con un hielo del que te hiela el corazón de la forma más machadiana. Es la que se está
haciendo con nuestra juventud, la generación mejor preparada de todas cuantas
ha tenido España, y la peor compensada y menos retribuida, que tiene que hacer
la maleta e irse lejos de esta España a la que cantamos en el cancionero
popular como madre, y ahora padecemos
como madrastra.
Uno creía que la
canción estandarte del Emigrante que cantara con tanto
sentimiento Juanito Valderrama, había perdido su vigencia como copla paradigma
del que tiene que abandonar su tierra y su familia, creía que en un mundo
globalizado su mensaje había quedado obsoleto en pleno siglo XXI. No es así paisano. Nuestros jóvenes
emigrantes ya no pretenden “hacer un
rosario con tus dientes de marfil” antes de irse, pero si te aseguro, paisano,
que he visto a algunos muy allegados “volver su cara llorando” antes de entrar
en el túnel de embarque de un aeropuerto, como dice la mítica copla del insigne
torrecampeño.
Es cierto, paisano,
que siempre partir es perder buscando ganar. ¡Pero cuanto duele verlos irse! Yo
creía que esta crisis era económica y social, exclusivamente, pero veo cada día
más que estamos inmersos en una crisis de dignidad. Contrasta ver a los que
vuelven la cara llorando, tapándosela dignamente con la boleta de embarque, con
los que descaradamente aparecen en los medios de comunicación con la sonrisa de
oreja a oreja diciéndonos que “esto está ya superado, pero que no entendemos de macroeconomía”.
Yo creía que al
circo se iba a reírnos de los payasos, y
por eso les pagábamos. En este otro circo de la crisis de dignidad, son los “payasos” los
que se ríen de nosotros, y encima los tenemos que mantener y soportar. A mí,
paisano, los políticos que como los payasos dejan de hacerme gracia, lo que
acaban dándome es miedo, mucho miedo.
(@suarezgallego)
Publicado en Diario JAEN el martes 4 de marzo de 2014.
Publicado en Diario JAEN el martes 4 de marzo de 2014.
Lo peor de todo es que cuando acaba la función del circo (léase elecciones) los espectadores no acaban de darse cuenta que se han convertido en carnaza para los leones.
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